AMIGA  MÍA

 

Te recuerdo desde niño

que en mi cuna me cantabas,

una nana muy bajito

que a mi tanto me gustaba.

 

¡Recuerdo, mi madrecita!

como la mía ninguna,

me calentó la carina

con el calor de la suya.

 

Y me fui haciendo grande

empecé a ir al colegio,

tu quedaste sola en casa

aguantando todo el peso.

 

Todos te pedíamos cosas

y no ayudábamos nada,

te volviste taciturna,

deprimida e irritada.

 

Pero un día surgió el milagro

mama volvió a cantar,

había encontrado un empleo

y comenzó a trabajar.

 

A pesar de que su lucha

se iba a multiplicar,

el trabajo no le pesaba

tenía más libertad.

 

Mamá ahora trabaja mucho

vuelve a casa muy cansada,

pero no nos dice nunca

que esta decepcionada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Es que ella trabaja en IBER

y hasta se siente halagada,

se siente madre o niña

como a ella le da la gana.

 

Gracias IBER por salvar

a una madre castellana,

por que tú lo sabes bien

que ellas son el rosal de la vida,

que florece en tu ventana.

 

Que hacen que existas en tantas naciones

con la fuerza tan sonora

como tienes en España.

 

Villardesilva, Navidad’95