HIRMA

 

Me pediste ayuda

y quise ayudarte,

pero no supe que decirte

para pararte.

 

Yo supe que tenías miedo

no pudiste engañarme,

yo presentí que era grave

tu en silencio me pedías ayuda.

 

Pero yo sabía que la fuerza

era tuya,

lo que tu no pudieras

no lo podía nadie,

desde ahí afuera.

 

       Villardesilva, 06-01-90