TIEMPO PERDIDO

 

En las montañas suenan canciones

son los hermosos cantos de los halcones,

vuela  la brisa

y a los sensibles les da la risa.

 

Tiemblan los corazones

de los jóvenes pastores,

por que en la serrana montaña

también se encuentran amores.

 

Allí no hay grandes leyes

pero sí muchas cosas bellas,

revolotean las mariposas,

los pájaros vuelan alto,

y en este mundo libre

no existe listo ni incauto.

 

Cada cuál teje su nido

unos lo hacen para el calor,

y otros

para el frío.

 

Pero donde no se vuela

y todo se hace con cautela,

el que teje el nido grande

ese es el de más miseria.

 

Para el rico buena paja

para él, la mejor leña,

y el que no tiene nido

ni paja, ni piedra, ni leña.

 

En su alma escondida

¡Ahí!, si que hay nobleza,

no conoce la avaricia

y no envidia la riqueza.

 

Por eso el pobre es rico,

si vive de su pobreza.

 

Cantará cuando el halcón

y dormirá por la noche,

no le llamarán ladrón

ni sentirá ningún reproche.

 

Así el pobre,

volverá cuál mariposa,

y su alma brillará

igual que lo hace una rosa.

 

Y no existe para el rico

otro aún más borrico,

porque no ha hecho fortuna

él cogería la luna.

 

Tomaría el poder

pues no sabría que hacer,

para dejar al más pobre

aunque fuera sin comer.

 

El otro no se preocupa

come si puede,

y disfruta

si puede dar a otro tres.

 

Si fuera verdad que un día

se callaran los halcones

se unieran los corazones,

y que en los amaneceres

todos tuvieran quereres.

 

Plantar árboles con hojas

para que las mariposas

pudieran tomar el sol,

que brillaran las flores

y que los ricos y pobres

se fundieran en amores.

Entonces…

¡¡EL MUNDO, SERIA MUNDO!!