YO
SOY LA DAMA DE
LA ALTA MONTAÑA
Yo soy la dama pequeña
de la alta montaña.
Te voy a contar que un día
creyéndome grandecita,
pensé recorrer el mundo
y quise hacerlo solita.
Yo campana y campaneando
tan alegre yo iba andando,
y mis canciones entonando.
Corría más que un ciempiés
hasta que una mañana,
comprendí que mi camino
se empezaba a entorpecer.
Tu puedes hacerte idea
que te despiertes un día,
y una mañana
te encuentres perdida,
en alta mar con marea.
Eso me pasó a mi
y fue así de esta manera.
Quise recorrer caminos
en las alas del halcón,
pero él me fue engañando
hasta que vi su traición.
El giraba en sus vuelos
y en su revolotear,
y en un valle desierto
allí me fue a soltar.
El granuja repeluja
dijo que le diera el hambre,
debía de darle un calambre
entre cola y espolón.
A mí me tuvo la culpa
el repeludo halcón,
me dejó aquella mañana
entre las tristes montañas.
De niña me volví vieja
por que de angelito,
me convertí en cangreja.
Miraba a picos más altos
y con mis ojos exautos,
yo no veía solución para
soportar el frío
el hambre y la traición.
Y de pronto en la montaña
vi revolotear una cosa,
y me intrigó las entrañas.
Pensé para mis adentros,
¿si yo muriera aquí
él quedaría contento?
No sabes ni te imaginas
que grandes fueron las penas,
y más altas aún las cimas
y con el paso de los años,
llegué a alcanzar las
colinas.
Cuando recobre mi risa
mi alegría y juventud,
entonces me di cuenta
de quién pusiera la luz.
Que quien trazara el camino
y formara mi destino,
quizá no fuera el halcón
sino el búho sombrío,
que ocupó mi corazón
el de un dulce jilgerillo.
Por él caí tantas veces,
por él me puse de pie,
por él anduve al derechas,
por él anduve al revés.
Unas veces me echó piedras
otras me daba cebada,
a veces con naranja
también mi sed calmaba.
Me dijo un anochecer
que si quería crecer,
no me hiciera de esperar
que él allí no iba a estar.
Esperando que subiera
pues tenía quién lo
quisiera,
más de un ciento,
¡o yo que sé!
Pero cuando yo escalara
toda aquella montaña,
yo fui reina
yo fui rosa.
Fui querida flor hermosa.
¡No hay que dejarse vencer,
si luchas cambias las cosas!