El vapor de agua en la atmósfera exacerba el efecto de invernadero, según indica el informe, que refleja la preocupación de la comunidad científica internacional por el fenómeno de retroalimentación, que puede acelerar rápidamente el cambio climático. Los modelos utilizados por el IPCC indican asimismo que el incremento de las temperaturas globales disminuirá la capacidad del planeta de absorber de modo natural el CO2 producto de la acción humana. Esto podría llevar a un incremento de otro 44 por ciento de las concentraciones de CO2 en la atmósfera, lo que haría que las temperaturas medias globales aumentasen en 1,2 grados centígrados adicionales para el año 2100. El cuarto informe de ese grupo de expertos llega más lejos que otros anteriores, según el diario, en su atribución directa del cambio climático al incremento de las emisiones de CO2 y de otros gases producidos por el hombre desde el comienzo de la Revolución Industrial. Los signos visibles de la influencia humana sobre el clima aparecen no sólo en las temperaturas de la superficie del planeta sino también en las de los océanos y en el contenido térmico de esos últimos, los extremos de temperatura en tierra y la rápida disminución de los hielos árticos. "El calentamiento antropogénico (causado por el hombre) del sistema climático está muy extendido y es observable al medir las temperaturas en la superficie, la atmósfera libre y los océanos", escriben los autores en el borrador del informe. Los científicos pronostica olas de calor más frecuentes, intensas y duraderas que la que golpeó a Europa durante el verano del 2003, así como tormentas tropicales y huracanes más violentos, que inundarán en algunos casos las costas. El Artico se quedará sin hielo muy probablemente en verano y se fundirán de modo creciente los glaciares de montaña y otras capas de hielo que hasta hace poco se consideraban perennes. Los niveles de los océanos se elevarán significativamente aunque se estabilicen los de CO2 y para el año 2100 podrían superar en 0,42 metros los niveles medios actuales y para el año 2.300 podrían hacerlo en 0,8 metros. En España, esto se traduciría en que cientos de kilómetros de costa quedarían sumergidos bajo el agua, sobre todo en la zona mediterránea.
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