LA VERDAD SOBRE LA COINCINERACIÓN
(El siguiente artículo lo suscribe la Asociación de Amigos de los Montes Aquilianos, al respecto de la controversia que se ha creado en El BIerzo, por las intenciones de la cementera Cosmos  de utilizar residuos  de diversas procedencias como combustible para sus hornos en su planta de Toral).


CONTAMINANTES DE DISEÑO

Quién podría pensar al inicio de la revolución industrial que el fluido aire podrá llegar a contaminarse. Esa masa tan dinámica, voluminosa y extensa, casi infinita…pero el devenir del tiempo ha demostrado que ha llegado el momento de proteger también la columna de aire que sostiene nuestras frágiles vidas.

Nuestra Comarca soporta ya mucha industria que precisa, en mayor o menor medida, para su funcionamiento, la quema de combustibles fósiles, basta mencionar aquí las dos centrales térmicas -Compostilla y Anllares- que soporta la Región, lo que la convierte en la zona con mayor densidad de la provincia de León en relación al ratio megavatio instalado por kilómetro cuadrado, que expelen a la atmósfera miles de toneladas de óxidos de nitrógeno, monóxido y dióxido de carbono, óxidos de azufre y trazas de ceniza volante, la mayoría gases de efecto invernadero que están contribuyendo al evidente cambio climático, centrales que están en expansión, a las que se añadirán los ciclos combinados de Compostilla y por qué no, un segundo grupo a Anllares. En menor medida la acería de Roldán, la fábrica de cemento de Cosmos, los numerosos polígonos industriales, las escombreras que están en autocombustión en nuestras zonas carboneras y los abundante fuegos que se producen todos los años gracias a la importante masa forestal que alberga nuestra Comarca, están contribuyendo entre todos al deterioro de la columna de aire que se sitúa sobre nuestro territorio.

Sólo las altas chimeneas de nuestras grandes Centrales Térmicas -cercanas a los 300 metros de altura- que sin duda han contribuido al desarrollo de nuestra Comarca, han permitido que muchos de los gases de efecto invernadero salgan de nuestras fronteras, pero con todo ello, ¿quién no ha visto estratificados en los veranos de calma anticiclónica, las capas amarillas de los óxidos de azufre sobre nuestra Comarca o en el puerto de Manzanal y en la Cepeda?

Los gases procedentes de la quema de combustibles fósiles son muy conocidos y estudiados y en gran medida las últimas tecnologías permiten captarlos con gran eficiencia antes de que salgan a la atmósfera.

Los óxidos de azufre, gracias a las plantas desulfuradoras se convierten por inyección de cal, en sulfatos de calcio hidratados, se trata de yeso conocido por todos, los óxidos de carbono tienen peor tratamiento, pero se está investigando en plantas experimentales -como la que se pretende instalar en Compostilla- a través de procesos de oxicombustión -utilización de oxígeno un lugar de aire en el proceso de combustión-, lo que da lugar a una producción de dióxido de carbono relativamente puro, que puede ser capturado, almacenado, preservándolo de que salga a la atmósfera almacenándolo en sumideros naturales o artificiales, o la utilización de un proceso novedoso y en opinión de los que esto suscribren, de gran futuro, como lo es la interacción de los óxidos de carbono con una mineral muy abundante el la corteza terreste como lo es la peridotita, una roca volcánica con abundante olivino que reacciona ávidamente con los óxidos de carbono para formar rocas carbonatadas -caliza o mármol-, con ambos métodos -desulfuración y disociación de los óxidos de carbono- estamos realizando de manera artificial, procesos que de manera natural se realizan en la naturaleza aunque de manera más lenta.

La combustión en plantas incineradoras o en cementeras, de neumáticos troceados fuera de uso, plásticos, residuos forestales, harinas animales, aceites industriales, basuras orgánicas no reciclables, lodos de depuradora, etc. -prácticamente se puede quemar cualquier cosa en una planta incineradora-, producen además de los contaminantes clásicos de efecto invernadero mencionados con anterioridad, una serie de gases y subproductos muy poco investigados y de los que no existen métodos eficaces de captura, tales como organoclorados, fosgenos, benzenos, fenoles clorados, metales volátiles como el mercurio y el talio y las peligrosas dioxinas y furanos que son altamente tóxicos, cancerígenos y bioacumulativos, así como sustancias sin identificar cuya toxicidad se ignora, tampoco hay que olvidar los olores -muy difíciles de erradicar- que deja en el entorno la quema de este tipo de combustibles.

Las plantas que precisan de combustibles con aporte de calor como parte principal de su proceso productivo, son susceptibles con pequeñas reformas de ingeniería, como es el caso de las fábricas de cemento, de readaptar sus calderas para quemar cualquier producto capaz de liberar su poder calorífico, sustituyendo parte del combustible tradicional por este nuevo combustible mucho mas barato -lo que se ha dado en llamar valorización energética-, esta acción hace reducir los costes de producción y por tanto mejorar la competitividad de la empresa siendo esta una forma de asegurar la permanencia de la Empresa en la zona y consolidar los puestos de trabajo existentes, así como generar nuevos empleos.

La pequeña chimenea de la planta cementera de Cosmos, unido a la alta densidad de muchos de los gases que evacuarán durante la combustión de los nuevos productos, hará que en determinadas circunstancias, la dispersión de los mismos no sea muy lejana de la propia fábrica, por lo que precipitará y se lixiviará sobre los terrenos colindantes dedicados -vaya mala suerte- a muchos de los cultivos estrella de nuestra Comarca y que estamos promoviendo con el marchamo de la calidad, al tiempo que podrá afectar -como ya ocurrió en otro tiempo- a las localidades más cercanas a la planta. Los fenómenos de inversión térmica -formación de nieblas persistentes-, tan características de nuestra Comarca, harán que este potencial problema sea más visible y literalmente: nos lo tragaremos.

Un ejemplo interesante a estudiar en la planta de cementos de Lorca en las inmediaciones de la huerta murciana, que lleva quemando combustibles alternativos desde 1991, tales como aceites usados, disolventes y neumáticos enteros, lo que la convierte en la más antigua de España en estas prácticas. Han transcurrido ya 17 años y si existen fenómenos adversos para la población o la calidad de los productos tienen que haberlo recogido los estudios médicos específicos, ponemos esta cuestión sobre la mesa para que se estudie en detalle.

Otras plantas de cemento que queman neumáticos como combustibles alternativos en España son las de Lemona -Vizcaya-, la de Jerez de la Frontera -Cádiz-, Carboneras -Almería-, y algunas otras plantas, aunque hay que decir aquí que no es fácil conseguir información sobre este asunto.

Según la página web de Oficemen, la Agrupación de Fabricantes de Cementos de España, existen en España 33 plantas cementeras y en Castilla y León, sólo existen plantas de cemento en las provincias de León: La Robla (Tudela Veguín S.A.) y Toral de los Vados (Cosmos S.A.) y de Palencia: Hontoria-Venta de Baños (Portland Valderribas, S.A.).

En la Unión Europea el cemento se fabrica en más de 250 plantas, repartidas entre los 15 países miembros, con una producción en torno a los 170 millones de toneladas al año siendo Italia, Alemania y España los mayores productores de la Unión Europea y sólo Francia ha apostado decididamente por la coincineración -quizás porque sea uno de la principales productores de neumáticos del mundo-.

A pesar que desde las cementeras se está potenciando el consumo de combustibles alternativos -aceite usado, disolventes, barnices, pinturas, biomasa, lodos depurados, harinas cárnicas, neumáticos y plásticos-, sólo suponen alrededor del 5% de las kilotermias consumidas por todo el sector en el año 2007 y tampoco se ha visto una reducción clara del uso de los combustibles fósiles tradicionales -coque de petróleo y hulla-, por lo que parece más una estrategia o experimento que una apuesta decidida por los combustibles de sustitución, que realmente nunca llegarán a cubrir todas las necesidades energéticas de las plantas.

Aunque la Junta de Castilla y León ha insistido en que el proyecto de coincineración de residuos en Cosmos cumple la legalidad vigente, hay que decir aquí que el cumplimiento de la normativa comunitaria, nacional y autonómica no garantiza la protección del medio ambiente y la salud pública. Las dioxinas y los furanos no están suficientemente regulados para este tipo de plantas. Además, los niveles máximos autorizados de emisión no tienen en cuenta el riesgo de acumulación en la cadena alimentaria.

Los procesos de valorización energética empiezan utilizando unos combustibles aceptados socialmente, pero terminan ampliando el espectro de los mismos pareciéndose cada vez más a una planta incineradora, y realmente la incineración no elimina la basura, sino que la redistribuye en el aire, el agua y la tierra, y la hace potencialmente más tóxica e invisible, aquí también se cumple el primer principio de la termodinámica: la energía ni se crea ni se destruye, sino que sencillamente se transforma.

La incineración es la primera fuente de contaminación por dioxinas, tanto es así que en Inglaterra está prohibida la venta de leche procedente de vacas que pastan cerca de incineradoras.

Muchos estados de Alemania y de EEUU han prohibido por Ley las incineradoras, en especial las de Residuos Sólidos Urbanos y cualquier tipo de incineradora a menos de 5 km de residencias, iglesias, escuelas, parques u hospitales.

No queremos ser alarmistas, pero el sentido común debe de apoyar todas nuestras decisiones y en muchas ocasiones las Leyes están carentes de él, no se puede tolerar más contaminación de nuestro aire, sobre todo si no existe la completa seguridad de que lo que sale por las chimeneas y los subproductos sólidos -escorias- de la combustión, no se puede recoger y controlar en toda su extensión. El Bierzo ya ha pagado y está pagando un alto precio medioambiental por el desarrollo de su provincia y por extensión, de toda Castilla y León. Que se hagan experimentos en otras zonas geográficas donde haya menos que perder -si es que existe todavía algún sitio con estas características- o donde sea razonablemente aceptado por la ciudadanía -lo cual será también bastante difícil-.

Hay que recordar aquí que en un neumático de turismo, el porcentaje de materiales respecto a la masa total es: caucho natural y sintético (48%), negro de humo (23%), hilos de acero (18%), cableado textil (3%), otros productos químicos (8%). Se trata, por tanto, de un combustible complejo, como complejos y de desconocidos efectos a largo plazo -a pesar de lo que se diga- son los productos liberados en la combustión.

Las únicas vías de gestión de estos neumáticos son: depósitos en vertedero, reutilización, reciclado y valorización energética.

Existe otra vida admisible para los neumáticos usados, los cuales pueden volver a la vida útil, tales como las aplicaciones de recanalado y recauchutado, los arrecifes costeros de neumáticos enteros, los aislantes térmicos y acústicos, la utilización de caucho molido en instalaciones deportivas, las aplicaciones sobre la red vial en combinación con los asfaltos tradicionales -lo que trae también consigo una disminución del ruido y las vibraciones producido por la rodadura del vehículo sobre la carretera-, etc. Somos de los países europeos con índices más bajos de reutilización, y el reciclaje de neumáticos fuera de uso genera muchos más puestos de trabajo que su incineración.

Deberíamos apostar cada vez más por la valorización material frente a la energética, que aún sin haber llegado al grado de desarrollo esperado, en nuestra opinión ya está obsoleta; prueba de ello es que existen en España bastantes más plantas recicladoras de neumáticos que dedicadas a la valoración energética, que se está llevando a cabo exclusivamente en cementeras.

La planta de Cosmos es una de las industrias más longevas y punteras del Bierzo, es una industria fundamental para nuestro desarrollo y deseamos que esté muchos años con nosotros, pero debe tener en cuenta las singularidades orográficas de nuestra Comarca a la hora de implantar la quema de nuevos combustibles, especialmente de aquéllos mal aceptados socialmente, y hay que recordarle que está ubicada en una zona donde existen yacimientos naturales de combustibles fósiles tradicionales y baratos con los que no cuentan otras plantas cementeras, lo que se convierte en una clara ventaja desde el punto de vista de la competitividad.

La pequeña Comarca de El Bierzo no puede albergar más industrias que agreguen nuevos contaminates a nuestra sufrida atmósfera, sólo regenerada por las borrascas invernales que, entrando por el Noroeste, limpian nuestra cubeta, pero la contaminación está latente y se hace patente durante las largas jornadas anticiclónicas del verano y cuando las espesas y persistentes nieblas asolan la hoya berciana, donde realmente podemos �masticar� la contaminación.

Desde la Asociación de Amigos de los Montes Aquilianos nos unimos a las más de veintiséis asociaciones y partidos políticos que claman por un futuro de aire limpio para nuestro querido Bierzo.

 

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