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Ruta  del Monte da Fraga

Nota: algunos rótulos de la foto pueden  aparecer desubicados según la resolución de pantalla que se utilice.

REPORTAJES FOTOGRÁFICOS DE LAS RUTAS DEL 2008, 2013, 2014 CON EL INSTITUTO DE ESTUDIOS BERCIANOS

La Fraga es un monte mítico para todos los que vivimos en Pardollán y en Villardesilva, y no solo porque preside, majestuoso, el impresionante paisaje calizo por encima de ambos pueblos. Hay algo especial y mágico en él que nos llama como una fuerza muy poderosa. Horadado por numerosas  palas o cuevas naturales fue refugio de maquis, lugar de juegos infantiles y origen de muchas leyendas o historias más o menos perturbadoras para que los niños  comiéramos la sopa.

Muchos misterios se guardan en su interior, también muchas preguntas sin respuesta para historiadores, antropólogos y arqueólogos. En sus inmediaciones se hallan restos de una historia, sin duda, muy rica y todavía por descubrir: comenzando por la antiquísima ermita, los castros celtas, los restos de industria metalúrgica esparcidos por sus laderas, los miradores u observatorios dispuestos en lugares estratégicos, la necrópolis con restos humanos descubierta recientemente, los canales y surcos de agua  que lo atraviesan por el sur, etc. Toda esta riqueza antropológica y arqueológica le da a nuestro monte un halo de misterio que no resulta difícil de sentir a poco que nos adentremos por su territorio.

La ruta que proponemos es un buen motivo para descubrir todo este encanto. Es muy fácil dejarse llevar por la imaginación al volver a caminar por los lugares que ocuparon antes que nosotros, nuestros antepasados. Está a nuestro alcance  pensar en cómo vivirían, qué les preocuparía, qué les haría reír y llorar;  si nos paramos un instante a sentir la profunda calma  que nos aguarda en el entorno del nacimiento del manantial de Pardollán,  en el sendero sobre el imponente barranco frente a la Pala das Choias o al observar el brutal espectáculo natural que se puede ver desde el Alto del Carvallin o desde el Mirador de La Cruz.

 

Descripción en detalle de la ruta

Distancia: 5 Km aproximadamente. Dificultad: media.

 

Nuestra ruta comienza en Pardollán por la carretera comarcal  en dirección a Villardesilva. Al final de una pequeña pero empinada cuesta, a 300 m del pueblo, dejamos la carretera para buscar el principio del Sendero del Cura, (en la ladera a nuestra izquierda, puede servir de orientación un poste del tendido eléctrico). Seguiremos por él hasta el  arroyo. Una vez alcanzado el arroyo comenzamos a subir en dirección a la ermita.

Salvada una corta pero intensa pendiente desde el arroyo, alcanzamos el sendero  que sube a la ermita  desde el pueblo, unos metros por debajo de la misma. Por supuesto es obligada la parada para contemplar esta pequeña joya del románico valdeorrés que, aunque en mal estado de conservación, puede sobrecogernos aún al contemplar su belleza y lo curioso del lugar para levantar un templo de estas características.

Después de la visita continuamos sendero arriba en dirección al molino junto al manantial. Pararse un momento, beber justo donde el agua brota de la montaña y escuchar el rugido de ésta en su interior será algo inolvidable.

Continuamos camino hacia el barranco sobre el arroyo y observamos enfrente la montaña repleta de encinas y grises calizas. Antes de llegar al cauce viramos a la izquierda buscando la segunda dificultad seria. Se trata de subir hacia una pista forestal  por entre el monte de encinas, madroños y  gruesos ejemplares de caliza.  Superado este obstáculo llegamos a la pista  (podemos retroceder por la misma unos 50 m y degustar el agua de un manantial mineromedicinal de origen ferroso que nos lleva muy cerca de un antiguo molino, ahora en ruinas, utilizado para triturar el mineral de ocre y limonita de las minas  que encontraremos más arriba, justo donde se abre un hermoso valle, El Carvallal. Un espacio que ahora se dedica  a pastos de ganado  y que anteriormente se utilizó para cultivo de cereales.

Continuamos subiendo hasta que alcanzamos el Alto del Carvallin, desde donde veremos uno de los paisajes más bellos que se  pueden contemplar en todo el Parque Natural de la Sierra de la Lastra, donde nos encontramos.

Bajando hacia Villardesilva, a nuestra derecha, vemos los impresionantes farallones calizos del Valello y un poco más abajo, a nuestra izquierda, el conjunto de pastizales que conocemos como los Praos de la Portela.

Ya estamos en Villardesilva. Tomamos el desvío de la derecha antes de entrar en el pueblo, continuamos por la carretera bajando para Pardollán, en dirección al último de los espectáculos que se nos presentarán: el Valle del Sil. Merece la pena detenerse un momento a contemplarlo desde el Mirador de la Cruz, un balcón hecho por el hombre, sobre  la presa de Peñarrubia  y el río, frente a la imponente Peña Enciñeira y que en su día debió de ser una privilegiada atalaya desde  la que se vigilaba todo el valle.

Y ya bajando para Pardollán tendremos un  momento de respiro para comentar lo que hemos sentido y vivido, mientras admiramos algunos robustos ejemplares de olivos. Contentos y satisfechos porque el esfuerzo habrá merecido la pena, con la mente puesta en un buen trago de agua fresca de la fuente del pueblo y en la merienda que nos espera.

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