Todos los
poetas son unos valientes.
Hay que tener mucho valor para desnudar
tu alma ante el
mundo y decir: aquí me tenéis, soy vuestro,
estos son mis sentimientos,
no escondo nada.
¿Existe un acto de valentía mayor? Cuando un poeta
nos muestra
su intimidad más
profunda a través de sus versos
está despojándose
también del escudo
protector con el que custodiaba su
propio yo. Una vez
fuera el escudo y desnuda el alma el poeta queda expuesto a la
jauría, a
los matones, a
todos esos que viven al acecho esperando su oportunidad para
despellejarnos.
Y como
todos los poetas, Milagros
González es una persona muy valiente. En esta antología nos
enseña todas sus pasiones, sus miedos,
sus recuerdos,
sus esperanzas
y también sus ideas.
Sin complejos, abiertamente;
no importa el estilo, ni la ortodoxia,
ni la métrica. Lo importante es la
honestidad
del poeta
y de eso, Miluca, nos regala toneladas y toneladas en
estas trovas.
Adentraos en
este universo tan especial sin prejuicios y dejaros llevar por
estos versos que son
como canciones:
veréis el Chao de la Vila,
el Portelín, Foios,
el Pico del Lugar,
o a la Fuente de Abajo.
Visitad con ella
vuestros lugares
comunes, su infancia, su patria, nuestra patria
también. Ese lugar al que, con los años, volvemos cada vez con
menor frecuencia, ese lugar
del que nunca debimos salir.
Gracias Miluca,
por enseñarnos el camino de vuelta.
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